En Italia ya está en vigor el “jus soli” aunque el sistema sea basado principalmente sobre el “jus sanguinis”. De hecho, incluso los que no tienen un ascendente (de la sangre) italiano, todavía pueden obtener la ciudadanía italiana, por ejemplo, después de 10 años de estancia honorable en el suelo italiano (jus soli) o, previa petición, si nacieron en el suelo italiano una vez que hayan cumplido los 18 años. Esta última disposición, en mi opinión, es muy buena porque da a la generación más joven la sensación de que la ciudadanía en Italia es una meta a alcanzar, un valor positivo y creo que, si sigue siendo así, la ley va a fomentar un sentido de pertenencia que es lo más importante. Además, el major ELIGE de ser ITALIANO (no hay que subestimar este aspecto porque revela una decisión socialmente muy importante).
(En la foto, Mario Balotelli, campeón -y ciudadano- italiano de fútbol).